Seguramente al leer este título directamente penséis que voy a hablar del Barça, o quizás de la selección española, pero no, voy a hablar del fin de ciclo para mí, y para todos mis compañeros de 4º ESO.
Hace cuatro años comenzábamos un ciclo que acaba hoy. Para algunos terminan los estudios, para otros terminan en este colegio, pero para la mayoría comienzan nuestros dos últimos años en nuestros respectivos centros.
Tras 13 años aquí, en nuestro colegio, acabamos una etapa, unos cuantos de ellos se marchan a otros colegios que son mejores para sus intereses, pero no tengáis ninguna duda de que os echaremos de menos. Así es la vida, lo bueno se acaba, pero no sabes como será lo que viene ahora, aunque hay que confiar en que será mejor, o al menos parecido a lo vivido hasta ahora, pero duele continuar ya que ves como hay cosas que no se van a volver a repetir, momentos que no vamos a revivir, personas a las que ya no veremos todos los días. Por suerte, o no tanta, vivimos en una ciudad pequeña, así que es muy difícil perder la relación, eso sí, si pones de tu parte…
También llegarán personas nuevas para cosas nuevas, pero los objetivos en nuestra vida cuestan, vaya si cuestan, permitidme la expresión. Aunque los cambios no siempre son malos, es más son generalmente buenos, y lo digo por propia experiencia.
Estos cuatro años, que además los hemos compartido, los 4, con una misma profesora, de la que sin duda hemos aprendido muchas cosas, con la que hemos hecho un recorrido por toda la historia hasta el jueves pasado, con la coronación de Felipe VI.
Pero la historia que realmente nos va a dejar marcados, es la nuestra, nuestra historia, aquellas intensas mañanas de nieve en la semana blanca, las ampollas que pinchamos del Camino de Santiago, la semana verde que sustituyó las ampollas de los pies por las de las manos, gracias a las tirolinas, el intercambio con Holanda, la variedad deportiva que mucho más allá del fútbol hemos podido practicar, que a su vez es una clase de geografía, ya sabemos cuales son los deportes más populares en cada país, y por supuesto las capitales de todos ellos, mil seiscientos años de literatura, a poder ir a otros países anglosajones y expresarnos en inglés, a sacarnos títulos de francés, de inglés, pero sobre todo, estos 4 años nos dejan amistades, y más que amistades, entre nosotros que siempre nos harán recordar esta época como una de las mejores de nuestra vida, de nuestra historia.
Eduardo Larequi dice
Muy bonito, sobrino, y muy bien escrito. Que disfrutes mucho de las vacaciones.
Javier Larequi Fontaneda dice
Muchas gracias, igualmente. Me apetecía escribir sobre algo así, la verdad.