Eran las nueve de la noche cuando nos enterábamos de que Madrid se quedaba sin Juegos Olímpicos por cuarta vez, una gran decepción recorría toda España, yo disfrutando de «Ahora me ves», la mejor película que he visto éste año desde mi opinión y he visto muchas.
No podía evitar ojear Twitter de vez en cuando para ver como iban las votaciones, pero lo que no me esperaba era que Madrid fuese eliminada en primera ronda por Estambul, una ciudad en medio de gran cantidad de revueltas cuyo conocido vecino es Siria. Distraído de la película durante cinco minutos no daba crédito de lo que estaba pasando en Buenos Aires.
La decepción azotaba la Puerta de Alcalá, en pleno centro madrileño y recorría toda España, toda. Estos juegos eran una esperanza para muchas personas que veían en ellos como podrían conseguir contratos que les aliviaran de esta eterna crisis.
Parecía una candidatura casi perfecta pero algunos dirigentes españoles dejaron mucho de desear con su inglés en la presentación y todos sabéis de quien estoy hablando. Hay que hacer auto crítica, porque hay muchas cosas que solucionar, como los casos del dopaje. Miembros del COI no están conformes con nuestra respuesta al dopaje y eso significa que algo hay que cambiar, que algo está mal. ¿No se querían arriesgar por nuestra situación económica? Pues que no se preocupen que en 4 años volvemos mejor que nunca.
Hay que quedarse con Pau Gasol dejándose la piel en una intervención conmovedora, con gran parte de los deportistas españoles más laureados de la actualidad dando su apoyo a Madrid, con un país unido por un proyecto olvidando los nacionalismos, con un presidente del COE llorando, pero que dice que no se va a rendir, que seguramente lo intentaremos de nuevo.
Soñemos con Madrid 2024.
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