El sábado por la tarde leí con sorpresa en redes sociales la noticia de que la revista Desperta Ferro, especializada en historia y arqueología, había decidido retirar su último número, centrado en los vascones antiguos. El motivo era el error cometido –o la broma de mal gusto, quién sabe– al haber incluido la palabra “España” en la inscripción vascónica de la mano de Irulegi que aparece, precisamente, en la primera página.
Como los lectores saben, la mano de Irulegi fue dada a conocer por la Sociedad de Ciencias Aranzadi y el Gobierno de Navarra en noviembre de 2022. La presentación tuvo lugar después de que dos de los mayores especialistas en lenguas paleohispánicas, Joaquín Gorrochategui y Javier Velaza, descubriesen que el texto de cuatro líneas de la pieza de bronce incorporaba elementos indígenas propios en exclusiva del territorio vascón y de lo que ahora conocemos como lengua vascónica o vascónica-aquitana.
Desde entonces, la mano de Irulegi se ha convertido en un símbolo identitario utilizado por las peñas de San Fermín, el valle de Aranguren donde se encontró y, especialmente, los euskaldunes en general. Socialmente se ha convertido en el documento que confirma que los vascones hablaban y escribían en algo similar a un vasco arcaico. Los investigadores son más prudentes, por mucho que cada vez se tiende más a explicar los nombres vascónicos antiguos desde el euskera moderno. En cualquier caso, como ha subrayado en su contribución al número de Desperta Ferro Javier Andreu, Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Navarra, el grado de alfabetización de la sociedad vascona de Irulegi que nos traslada la inscripción, “solo se explica por un consolidado impacto cultural de Roma”.
Para cualquier persona que no esté cegada por el nacionalismo español, la decisión de retirar el número, cuya ilustradora ha inventado unos signos ibéricos que no existen para escribir la palabra España en la mano, es acertada. En mi opinión, debemos aplaudir la decisión de Desperta Ferro de suspender la difusión del número, más si cabe teniendo en cuenta la pérdida económica que supone para los editores. Pero también debemos ser honestos y analizar otros aspectos de la portada que no han escandalizado tanto.
De acuerdo con Mattin Aiestaran, responsable de la excavación de Irulegi, la mano se colocó en el umbral de la puerta de una vivienda para ser vista. De ello da cuenta el orificio que presenta en la parte superior central. Sin embargo, en la portada de Desperta Ferro, la mano aparece colgando del cuello de un personaje vascón. Esto es un anacronismo y convierte a la mano en un objeto con un uso similar al que tiene hoy en día: una joya colgante como las que podemos comprar en muchas de las joyerías de Pamplona desde 2022. Los propios editores indican en la revista que se trata de una “licencia compositiva”. A ello podemos añadir que los personajes centrales de la portada están inspirados en los actores Dani Rovira y Clara Lago, tal y como puede percibir cualquier persona que haya visto la película 8 apellidos vascos. Con ello se establece una ecuación vascones = vascos que induce a confusión y representa otro anacronismo histórico.
Como no podría ser de otra manera, las redes sociales se han llenado de comentarios de aquellos que comparten que se retire el número y de aquellos que lo rechazan. Todo ello es un reflejo de que los vascones y la historia antigua están de moda. Pero también de una nueva división identitaria en este país nuestro, tan dado a polémicas estériles.
Como indica en su contribución a la revista Javier Armendáriz, profesor de Historia Antigua y Arqueología en la UPNA, debemos escapar “de los postulados frentistas identitarios que el tema suscita como señuelo de legitimación política actual en clave vascónica, bien sea de corrientes de corte vasquista o, por oposición vascofóbica. Los términos vascón y vasco no son equivalentes, pero tampoco antagónicos”. De todo ello estamos hablando, con desbordante éxito de público, en las sesiones sobre el 2.100 aniversario de la fundación de Pompelo por el general Cneo Pompeyo Magno que hemos organizado desde la Sociedad de Estudios Históricos de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona todos los jueves del mes de octubre en el Civivox Iturrama.
Este artículo ha sido publicado en la versión digital e impresa de Diario de Navarra. También he hablado sobre el mismo tema en los micrófonos de Onda Cero Navarra (La Brújula de Navarra) con Javier Saralegui. Se puede escuchar la entrevista en este enlace a partir del minuto 8. La imagen que encabeza este artículo es una de detalle de la portada de la revista Desperta Ferro.

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