Hace unos días celebramos una Asamblea General Extraordinaria de Equipo Europa para rendir cuentas de todo el trabajo que los miembros de la Junta Directiva y las portavocías regionales hemos desempeñado a lo largo del último año, en el que hemos vivido la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, el quinto aniversario de nuestra asociación y las elecciones europeas. Teniendo en cuenta que mi trabajo en Equipo Europa se ha llevado prácticamente todo mi tiempo libre y, por tanto, este blog ha sido una de sus principales víctimas, creo que debe ser aquí donde recapitule algunas ideas sobre este año.
No es un secreto para nadie que tomamos las riendas de la asociación en un momento complicado, en un clima de desunión evidente. Y desde el primer momento supimos que mejorar la situación interna debía ser el primero de nuestros objetivos. Precisamente el quinto aniversario de la asociación, en las Jornadas de Equipo Europa en el Congreso de los Diputados y en el Círculo de Bellas Artes, era el momento propicio para escenificar esa unidad. Creo que lo conseguimos reconociendo el trabajo de miembros históricos y actuales de la asociación, con generosidad y priorizando siempre el trabajo por encima del protagonismo, como suele repetir Gonzalo Martín, nuestro presidente. Realizar dos eventos este año en un lugar como el Círculo de Bellas Artes, la Casa de Europa, que une la tradición clásica a las vanguardias contemporáneas ante la atenta mirada de Minerva, ha sido sin duda algo que, como humanista, no olvidaré nunca. Tuve la suerte de organizar estas Jornadas con Irene González, que este año ha brillado como vocal de Eventos y Participación de Equipo Europa.
La Junta Directiva apenas ha dedicado este año tiempo a problemas internos. El equipo, en el mejor sentido de la palabra, se ha mantenido intacto y unido hasta el final, articulando posiciones comunes cuando ha habido discrepancias y enfrentándonos de cara a los problemas cuando han existido. Algo habrá tenido que ver el presidente, pero también el resto de los compañeros con los que he trabajado este año. Para las personas que me lean el futuro, quiero dejar un mensaje: la construcción de un equipo no empieza el día siguiente a las elecciones, sino varias semanas antes. Y el liderazgo se construye en las grandes citas, pero también bajando al barro, haciendo el trabajo que nadie más quiere hacer. Demostrando capacidad de esfuerzo. No son palabras huecas, sino lo que he visto durante los últimos 4 años en Equipo Europa.
Este año teníamos como objetivo contar con equipos sólidos en todas las delegaciones. Quizás no todos han sido lo sólidos que nos hubiese gustado, pero por primera vez en la historia de Equipo Europa, hemos tenido equipos de trabajo en todas las comunidades autónomas. Pienso en otras asociaciones juveniles con las que colaboramos y no hay ninguna que tenga una presencia parecida. A veces destacamos los eventos grandes que organiza Equipo Europa, pero por encima de todo está nuestra gran implantación territorial, que es lo que nos hace únicos. Por supuesto que este ha sido un trabajo continuo y el mérito es compartido con los equipos liderados por Julia Fernández y Helena Ripollés, pero ha sido durante este último año cuando se ha conseguido. Quiero dar las gracias especialmente a Diego Ramón Ruiz, de Canarias, a José Rada, de Baleares, a Jesús Rodríguez, de Extremadura, y a Patricia Teea Gligan, de Castilla-La Mancha, por asumir el reto de hacerse cargo de estos territorios cuando se lo pedí hace ya unos meses.
No solo hemos estado presentes en todas partes, sino que creo que digo la verdad cuando afirmo que este año ha habido plena sintonía entre el proyecto nacional y cada uno de los proyectos a nivel autonómico. Y eso nos ha permitido liderar una campaña de carpas en 14 ciudades españolas que ha ayudado a aumentar considerablemente la participación en las elecciones europeas.
Junto a la implantación territorial, creo que todos hemos tenido muy presente la importancia de involucrar a miembros históricos que podrían haber decidido pasar página en la asociación con otras personas nuevas que también tenían mucho que aportar. En el primer grupo está Aitor Ugarte, anterior vicepresidente, que se ha encargado de diseñar la nueva web de la asociación y que, con ello, nos ha enseñado a todos que dejar de ocupar un cargo relevante en la asociación es solo el comienzo de muchas otras cosas, y Juan Carlos Lubián, que ha recuperado el puesto de adjunto a la vicepresidencia, igual que hace dos años, y que me ha apoyado siempre que se lo he pedido. En el segundo grupo están, entre otros, Íñigo Bailón y Borja Rubio, directores del Grupo de Trabajo de Ampliación Europea que he coordinado este año, y que han aportado con brillantez sabia nueva a Equipo Europa.
Este año hemos lanzado un proyecto tan ambicioso como las Olimpiadas sobre la Unión Europea gracias al liderazgo de Gerard Álvarez, vocal de Formación. Sin su empuje no hubiese sido posible implicar a más de 100 centros educativos, decenas de universidades, instituciones y medios de comunicación en 12 fases regionales por toda España que tuvieron un broche de oro en la Universidad de Salamanca, una magnífica institución para reflexionar sobre Europa en clave histórica. Un lugar en el que nuestra historia conecta con los derechos humanos universales y con el Nuevo Mundo. No nos hubiésemos atrevido a hacer este gran evento en Salamanca si no hubiese sido por el empuje de otro gran navarro: Alejandro García, portavoz en Castilla y León. Equipo Europa ha pasado de organizar grandes eventos únicamente en Madrid y en Pamplona –gracias a los Cursos Europeos de Verano que organizamos con Fundación Diario de Navarra– a hacerlo en decenas de ciudades españolas. Y eso se debe, entre otras cosas, a las Olimpiadas. Todo eso lo hemos sabido contar –y vaya sí lo hemos hecho– en las redes sociales de Equipo Europa gracias al trabajo de Paula Jiménez, nuestra magnífica vocal de Comunicación, multiplicando por cuatro nuestro impacto en apenas unos meses.
También hemos pasado de pagar pequeñas multas a recibir subvenciones públicas. Acabamos de saber que el Ministerio de Exteriores nos ha concedido más de 33 mil euros para organizar otra edición del Foro sobre el Futuro de la Unión Europea en Madrid el próximo mes de octubre. El excepcional trabajo de nuestra secretario, Víctor García de la Vega, y de nuestra tesorera, María Ortega, ha permitido que la asociación no solo se encuentre saneada económicamente, sino que las instituciones confíen en nosotros para recibir dinero público en cantidades similares a empresas y fundaciones con gran trayectoria y reconocido prestigio. Ahí queda eso.
Durante este año, Equipo Europa ha sido recibido en algunas de las principales instituciones del país, entre otras el Congreso de los Diputados o el Consejo de Estado. Hemos dado un premio a Joaquín Almunia, que lo ha sido todo en la política española y europea. Todo eso se lo debemos, fundamentalmente, al trabajo de Pablo Allende, vocal de Relaciones Institucionales, que ha situado la agenda de Equipo Europa en los medios de comunicación y en los lugares donde se toman las decisiones. Sin decir nombres, veo algunas asociaciones que se rodean de políticos sin ningún contenido o proyecto concreto detrás. Nosotros no hacemos eso: siempre vamos con un documento de propuestas elaborado por nuestros socios en diferentes grupos de trabajo. El trabajo antes de la foto. Y sin cobrar nada –con un proyecto hecho a base de voluntarios– eso nos ha servido para ganar el Premio Carlomagno de la Juventud en su fase española.
Gracias al trabajo de nuestra vocal de Sostenibilidad, Yocandra Martínez, este año hemos conseguido movilizar miles de euros en favor de la plantación de árboles en pueblos que han sufrido incendios recientemente. Todo un hito. Y nuestro vocal de Prensa, Juan Jesús López, ha logrado que las comisiones que él coordina hayan sido las más valoradas por los socios de Equipo Europa porque impactan directamente en sus oportunidades profesionales. Termino con nuestra vocal de Relaciones Internacionales, Roxana Pérez, que ha coordinado un trabajo que ha conectado Equipo Europa por primera vez con muchas asociaciones internacionales.
No he pretendido citar en este artículo a todas las personas que han sido importantes en este mandato, ni siquiera a todas aquellas que son mis amigos más cercanos. Pero no puedo terminar sin dedicar unas palabras a Eva Infante, que durante este año me ha sustituido como portavoz de Equipo Europa en Navarra. Algo que echaré de menos el próximo mandato son mis conversaciones con ella en la biblioteca de la Universidad de Navarra sobre nuestra intensa actividad en Pamplona, y es que no había nadie mejor para el puesto. Eva ha sabido continuar con la buena trayectoria europeísta de Navarra, ha preferido construir en vez de protagonizar, también a nivel de delegación, y ha garantizado un buen futuro a quienes continúan con la tarea, particularmente Iñaki Ranz, de quien no puedo estar más orgulloso.
Ha sido un año tan satisfactorio como agotador. En tiempos de polarización y desafección, ser el vicepresidente de una asociación que une a los jóvenes en torno a los valores europeos, ha sido un gran honor que, si los socios así lo deciden, continuará durante los próximos doce meses. La tarea no ha terminado.
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