Después de que el pasado miércoles “eldiario.es” publicase con muchas pruebas y documentos que Cristina Cifuentes obtuvo su máster en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) con calificaciones aparentemente falsificadas, la presidenta de la Comunidad de Madrid lo tenía fácil: publicar su Trabajo de Fin de Máster. No lo hizo (porque no lo tenía) y optó por pasar a la ofensiva.
El lunes anunció que había presentado una querella criminal contra Ignacio Escolar, director de dicho medio, y Raquel Ejerique, periodista que está desvelando todo este trato de favor. Esta era una manera de Cifuentes de demostrar confianza en sí misma y de dar un golpe sobre la mesa, pero el tiempo pasa y las explicaciones no llegan.
Y hacen falta muchas explicaciones porque hay muchas preguntas sin resolver: ¿Por qué ningún alumno le vio por la universidad?, ¿Cómo hizo para sacar cinco sobresalientes sin pisar la clase?, ¿Por qué puso la dirección de la delegación del Gobierno en su registro en el máster cuando todavía le faltaban unos meses para alcanzar ese puesto?, ¿Por qué el supuesto tribunal de su TFM estaba formado por tres profesoras de la URJC cuando los estatutos de esta universidad obligan a que, al menos, un miembro del jurado sea de otra universidad? Y, sobre todo, ¿Dónde está su TFM?
Estas preguntas y muchas otras las tendrá que responder Cifuentes la próxima semana en un pleno convocado en la Asamblea de Madrid por el PSOE, Podemos y Ciudadanos. Si las explicaciones no son buenas, Ángel Gabilondo liderará una moción de censura que será respaldada con toda seguridad por Podemos y por ¿Ciudadanos? El PP y Ciudadanos firmaron en su pacto de gobierno que si un cargo político falsificaba su currículum debía dimitir. Más claro, agua.
Lo que está en juego no es la credibilidad de Cifuentes (ya no la tiene) o la del PP de Madrid (todavía menos). Está en riesgo la credibilidad de la universidad española, un pilar imprescindible de nuestro sistema educativo que no debería ser corrompido. Y esa credibilidad es importante cuando hay miles de estudiantes que tienen que compaginar estudios y trabajo para poder costear su grado contando, exclusivamente, con su propio esfuerzo.
¿Y quién mejor para sanear la Comunidad de Madrid que Ángel Gabilondo? Entre sus méritos, hay que destacar que fue rector de la Universidad Autónoma de Madrid, presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas y el ministro de Educación que más cerca estuvo de lograr un pacto educativo nacional. Este fue frustrado, a última hora, por un PP que veía cerca la mayoría absoluta en 2011.
Esto no es el “Watergate” ni los “Papeles del Pentágono”, tan de moda últimamente, pero es un ejemplo de buen periodismo de investigación. Raquel Ejerique ha hecho un trabajo excepcional y son publicaciones como estas las que a uno le “reconcilian con el periodismo”, tal y como explicaba Joan Coscubiela.
Los “Papeles del Pentágono” fueron publicados, en un primer momento, por “The New York Times”, pero el Fiscal General de los Estados Unidos con orden de Nixon optó por bloquear la divulgación de más noticias. Sin embargo, “The Washington Post” optó por desobedecer y, finalmente, el Tribunal Supremo de los EEUU acabó garantizando el derecho de estos dos periódicos y de otros a seguir publicando. Tres años después, Nixon acabó dimitiendo por el “Watergate”.
Aquí ningún fiscal ha censurado a “eldiario.es”, pero Cristina Cifuentes ha optado por poner el foco en los periodistas tildando de “cacería personal y política” estas publicaciones y asegurando que con ella “no van a poder”. Como se ve, humildad tampoco le falta.
Acabo, como no podía ser de otra manera, citando a Raquel Ejerique: “Es cierto, presidenta, que usted tiene el poder, el aparato administrativo y el monopolio de lo público. Lo tiene todo, pero le falta una cosa: la verdad. Esa es nuestra y ninguna querella, amenaza o insulto nos la va a arrebatar. Seguimos”.
Contigo no sé si van a poder, presidenta, pero que no te quepa ninguna duda de que tú con los periodistas, tampoco.
gurur dice
Cada día que transcurre se hace más elocuente el silencio (aunque éste a su favor por el periodo estival de Pascua) de la Sra. Cifuentes, la cual se ha pasado tres pueblos anunciando una querella criminal contra periodistas del Diario.es, cuando lo único que éstos han hecho ha sido cumplir con el obligatorio derecho de informar a la ciudadanía, y en este caso, de las irregularidades detectadas sobre su TRABAJO FIN DE MÁSTER». Irregularidades por contradicciones documentales y verbales de la Sra. Cifuentes y la URJC al respecto, ante las que, para multitud» (no exagero) de ciudadanos universitarios resulta imposible pasar desapercibidas, situando, además, en la picota la credibilidad de dicha Universidad, caso de confirmarse una falsificación documental por parte de la citada presidenta en connivencia con la Universidad aludida. Por tanto, lo único que exigimos los ciudadanos de bien y al margen de ideologías políticas, es que, ante las irregularidades constatadas y publicadas en el citado Diario, nuestra presidenta de la CAM nos muestre su TFM». Yo personalmente considero que sería más de recibo que la Sra. Cifuentes, cómo única escapada del embrollo pidiese con humildad disculpas, alegando que actuó sin mala fe» (voy a considerarlo diplomáticamente así) Otra cosa es que no lo creamos, en lugar de contestar de manera altanera y bravucona como hizo.
TraceyQuinn dice
Gracias, Arregi. Amén y más.