Hace un mes, como sabemos, Corea del Norte llevó a cabo un ataque cibernético contra Sony (aunque no esté demostrada su culpabilidad), ya que esta productora iba a traer a los cines de todo el mundo la película «La entrevista» en la que se narra la historia de la entrada de unos periodistas al país norcoreano y el sangriento asesinato de su líder Kim Jong-Un, lo que ha sido interpretado por este país como una declaración de intenciones y de guerra.
Una vez más, este tirano totalitario está totalmente equivocado ya que esta película no es una declaración de guerra. Es una declaración de libertad, de libertad de expresión, de libertad de opinión y sobre todo de crítica de la realidad.
Sony ha decidido no llevar a los cines esta película por el momento, con lo que estoy de acuerdo, porque desde mi punto de vista estamos de alguna manera manejados por «los malos» ya que ellos serán los que a la mínima nos bombardearan si lo creen necesario, y no por ello estoy precisamente llamando a Estados Unidos «el bueno».
Obama ha criticado duramente la renuncia de Sony, y ha dejado claro que van a responder proporcionalmente a Corea del Norte, pero no sabemos muy bien a qué se refiere, ya que no se puede decir que este país asiático haga un gran uso de las nuevas tecnologías y aún menos sus ciudadanos, más allá de ser punteros en misiles de última generación.
Los republicanos han aprovechado para poner a caldo a su presidente, y decir que no reacciona. ¿Sería mejor bombardear Corea del Norte, y como consecuencia, tener otro 11S? Yo creo que no.
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