A continuación os invito a leer las siguientes líneas en las que reflexiono sobre algunos fragmentos del libro «La utilidad de lo inútil» de Nuccio Ordine. Se trata de una breve adaptación del libro filosófico y combativo llamado “La utilidad de lo inútil” escrito por Nuccio Ordine, profesor de literatura italiana en la universidad de Cosenza.
En la primera parte de esta adaptación el autor se centra en el conocimiento, destacando que todo se puede comprar con el dinero menos la cultura, argumentándolo con que para lograr tener conocimientos debes de esforzarte con ayuda de la pasión. Continúa explicando que es bueno tanto aprender, como enseñar, ya que todos nos enriquecemos con ello.
En el tercer párrafo nos explica como las personas pensamos que leer un libro, por ejemplo, es una actividad superflua, pero no es así, ya que el conocimiento nos otorga la posibilidad de creer en un mundo mejor, nos ofrece la opción de tener unos ideales más justos, que hoy en día, brillan por su ausencia, y además hace eco de una frase de Mario Vargas Llosa para hablarnos de que trabajando juntos y unidos, todo es más fácil, algo que hoy en día algunos se niegan a aceptar. Se podría describir a este párrafo, como utópico.
En el cuarto párrafo vuelve a insistirnos en que lo que nos parece inútil es realmente tan necesario como las funciones vitales, poniendo un ejemplo muy expresivo, nunca mejor dicho, como la poesía, y que tan importante es imaginar en un futuro mejor y confiar en la raza humana, como respirar. También, en estas líneas finales de la primera cara y primeras de la segunda, aprovecha para criticar nuestra actitud egoísta y personal en estos tiempos de crisis, ya que renunciamos a los conocimientos por lo que es pan para hoy y hambre para mañana.
Podríamos decir que este es un texto argumentativo porque defiende que se debe valorar más los conocimientos que poseemos. También es muy persuasivo ya que nos anima a leer más y a soñar con un mundo mejor. El autor nos avisa de que es nuestro momento, es la hora de nuestra generación, que es la más preparada de la historia, de obtener conocimientos, y usarlos para expresarnos y defender nuestros ideales, que solo a partir del conocimiento lograremos. Los jóvenes tenemos que informarnos, tenemos que aprender, y a partir de ahí expresarnos, salir a la calle y repartir conocimiento. Repartir valores. Y justicia. No permitir que nos den lecciones de conocimiento, esos poderosos que compran su propio éxito
En la segunda parte de esta adaptación, el autor se queja duramente del trato que reciben las disciplinas humanísticas por no producir tantos beneficios, o no tan rápidos ingresos como las otras ramas filosóficas. En las últimas líneas de esta adaptación, el autor defiende, o al menos plantea, si sería mejor vivir en una sociedad que no dependa tanto de estas ganancias, ya que por culpa de los egoísmos del presente, hay muchos conocimientos que por nuestro desinterés no vamos a adquirir.
Nuccio aprovecha este texto para defender lo que él ha escogido, las disciplinas humanísticas, que actualmente están perdiendo mucho valor, erróneamente, en favor de las ciencias. Y digo que es un error porque al fin y al cabo las letras es la manera que tenemos de expresarnos y eso nunca lo van a hacer por nosotros. Los humanos tenemos la capacidad de sentir y la manera que tenemos de expresar todos estos sentimientos es a partir de la lengua oral y escrita. Así que los que seguimos este camino, tenemos que valorarlo tanto o más como lo infravaloran los que nunca podrán expresarse y defender sus ideales a partir de una ecuación.
Quizás me he explayado en exceso, pero creo que el conocimiento, da más criterio a tener una opinión razonada porque yo no quiero que haya “un mundo sin literatura sin deseos, ni ideales, ni desacatos” como dijo una vez Mario Vargas Llosa.
Deja una respuesta